Un negocio que es incapaz de pagar sus deudas puede buscar protección bajo el Capítulo 7 y el Capítulo 11 de bancarrota. Capítulo 7 liquida tanto las deudas y el negocio, mientras que el capítulo 11 permite las empresas sigan funcionando, mientras que negocian un plan de pagos con respecto al pago de la deuda.

Uno de los rasgos principales de un proceso del Capítulo 11 es la ley de concesión de autoridad del síndico de la corte (el contador del tribunal) para administrar efectivamente las finanzas de la empresa. El tribunal de quiebras lleva a cabo una contabilidad de las finanzas y las deudas de la empresa, y determina si es necesario liquidar la empresa o permitir que permanezca en el negocio a través de un plan de pago a los acreedores.

Al igual que con otros procesos de bancarrota, una empresa será protegida por la “suspensión automática” que termina todas las demandas y otras actividades de cobro contra el peticionario tan pronto la petición de quiebra se presente ante el tribunal.